jueves, 20 de octubre de 2016

Miguel Amilachwari-España/Octubre de 2016



ALMAS     DICOTÓMICAS

     El  dirigente  supremo,  aclamado por masas, estaba  enardecido;  agitaba  los brazos  entre  un  cielo  infinido en lìmites  y un arreado  público, abigarrado cual rebaño;  era  una  transmisión    obligada entre las televisoras y radios.  En  el  éxtasis, enjuagándose  los ojos,
Reiterò  su  proclama  por  la  paz  y el  diálogo,  sin  exclusiones   ni  diatribas.
·         Como  hermanos!  No  me  teman…  No  muerdo  a  nadie… soy  un apasionado…
      -     Pacifista  convencido.   Escucho  críticas… aunque  duelan…,  siguió   el  inspirado 
profeta   pret  a portè.
·          Me  voy  a  reunir  con  todos;    primero  con  aquellos  que han  solicitado  las

 reuniones…,  que  quieren   hablar… - Eso sì..!  reitero lo  dicho:   A  trabajar  por  la  causa!   Paz!   Paz!   Paz!   Bienvenidos  aquellos  que  quieran  trabajar…

Sonaba una  algarabía entre  el  público.  Petrificado  seguìa el  líder ensimismado en su yo interior,  ajeno estaban los presentes, era su conversación con el yo profundo.
Súbito, cual  caìdo relámpago en el apogeo de una tormenta…, el rostro  del  político convertido en  predicador   cambiò…  Cerrò los  puños.  Un rictus en    la  cara.  El  hombre era  otro;  le habían cambiado  o  modificado  algùn   chip de su maraña cerebral.
·         Aquellos  que usen  su  poder  para  sabotear  se  enfrentarán  a mi…  No  tengo 

miedo  a  nada  ni  a  nadie,  proseguía en  su  hemorragia  verbal.

·         La  oposición no  está  para  sabotear  al  pueblo!

·         Para eso estoy  yo…,  perdón,  la  Constitución y  Justicia.


·         Hay  una  sentencia absoluta-, añadiò;   mientras  fijaba sus   ojos  en  el  infinito  de  un   horizonte.

Unos  aplaudìan  a  rabiar.   Otros  permanecían  en  un silencio distraídos en sus pensamientos, muy distantes  de la concentración forzada.

No hay comentarios: