viernes, 19 de febrero de 2016

Jorge Piñones Segovia-Chile/Febrero de 2016



E  L   F  U  R  G  Ó  N
                                                 
            Aquel día, Fernando, se hallaba  charlando animadamente en la casa de su compadre Ricardo. De pronto, desde el jardín, se escucharon los gritos angustiosos de la esposa, Noemí, advirtiéndoles que el furgón del compadre, estacionado frente a su casa, estaba siendo robado.
      Ante la alerta, de inmediato, Fernando y Ricardo se pusieron en acción corriendo hacia afuera, cuando el furgón estaba a unos cincuenta metros desde donde  lo había estacionado, empujado por dos individuos jóvenes.
Muy poco los ladrones tardaron en subirse y ponerlo en marcha, alejándose rápidamente del lugar, ante el vano intento de los compadres por evitarlo. Intentaron detener algún vehículo que se dirigiera en la misma dirección que había tomado el auto robado, pero todo fue en vano, ninguno hizo amago de auxiliarlos.   
De pronto hizo aparición  un vehículo policial, el cual se detuvo ante las señas de los hombres.  Al enterarse de lo sucedido, de inmediato, los uniformados invitaron a subir a Fernando al vehículo policial.
      Muy veloz, ayudado por la pendiente del camino, se desplazaba el vehículo por el barrio de Miraflores de Viña del Mar. Fernando sólo pensaba en recuperar su furgón, que era su herramienta de trabajo, porque con mucho esfuerzo había logrado  adquirirlo.
       Por fin llegaron al plan, encontrándose con la plaza de Miraflores. Con gran alegría, Fernando, diviso su furgón detenido frente al semáforo esperando el cambio de luces.
-¡Allá está!- gritó Fernando sin poder controlarse. Rápido, el vehículo policial se dirigió en dirección al semáforo, justo en ese momento se produjo el cambio de luces, lo que permitió interceptarlo.
Tan pronto Fernando, tuvo enfrente a los delincuentes, no pudo evitar sentir un odio tan grande dentro de sí, que apenas se contuvo, al verlos junto a los carabineros, quienes en esos momentos procedían a esposarlos para llevarlos a la Unidad Policial.
-Usted  va en su vehículo - dijo el oficial para efectuar la denuncia correspondiente.
      El vehículo policial había arrancado cuando,  Fernando entró al furgón. Se llevó la gran sorpresa, en su interior, acurrucado en el asiento de atrás, se encontraba Guillermo, su sobrino de quince años, hijo de su hermana  viuda. Era uno de los integrantes de la banda de delincuentes que se dedicaban a este tipo de robos. 

No hay comentarios: