sábado, 23 de agosto de 2014

Alicia Scordomaglia-Buenos Aires, Argentina/Agosto de 2014

ALMA DE PORCELANA

-“Despejado”-pensé-. Por fin se fueron esos enanos entrometidos… Siempre revolviendo mis cosas. No sé que esperan encontrar…Mis sobrinas deberían educarlos mejor-. 
Al  llegar al altillo descubrí que el tesoro permanecía intacto, en su lugar de siempre. La caja estaba bien camuflada.
Año tras año, fui guardando con esmero cada una de estas piezas. .. Las primeras, me las regaló mi padre. Luego me las ingenié para conseguirlas a través de los avisos que salían en los diarios y, finalmente, obtuve el resto contactándome por internet…
-Tía, ya nos vamos… ¿Estás bien?- grito Melina desde el hall-.
- Sí, gracias- contesté-. Cierren bien la puerta cuando salgan. El otro día robaron aquí enfrente…

El tiempo se me pasó volando. Por la pequeña ventana de la mansarda se filtraban generosos rayos de luna. Creí escuchar un ruido, pero, con el entusiasmo puesto en ordenar las muñecas, no le di importancia.
Al levantar la vista comprendí lo que sucedía… Aquel individuo encapuchado me miraba fijamente. Estaba parado muy cerca de mí. Mi primera reacción fue abrazar mis preciados objetos…
-¡Dale vieja, confesá donde tenés la guita!- aulló sacudiéndome del brazo-. Tenemos data precisa- agregó…
Me soltó bruscamente y, al hacerlo, se produjo la tragedia...El estruendo  de los pedazos de porcelana al caer al suelo, sonó como un latigazo en mis oídos. Me enfurecí, y sin pensarlo, empujé al tipo para atrás. Se tambaleó y cayó de espaldas. Lo pateé con furia. Tanta, que la cabeza comenzó a sangrarle. Cuando logré salir de mi estupor, comprobé que no se movía.

Algo de ropa. Los documentos. Y mis niñas…Lo imprescindible… La noche guardaría mi secreto…
Subí  la pala a la camioneta  junto con mi adorada carga, encendí el motor, y arranqué.
 Mientras me alejaba, por el viejo camino del molino, pequeñas gotas de lluvia comenzaban a mojar el parabrisas… Las  montañas, se iban alejando como mis sueños….


No hay comentarios: