sábado, 22 de marzo de 2014

Isidoro Gómez Montenegro-Cosoloaque, México/Marzo de 2014



Ciudad dormida


Entre acidez vergonzosa.
  El ansia surge de madrugada.
La mano busca la entrepierna
de aterido sexo en ayuno de meses,
quedaron  aislados sentidos,
entornos quebrados.

El espejo refleja
una silueta, una sombra.

Afuera de la estancia 
quedaron recuerdos
espacio bifurcado por años:
de mala convivencia,
de silencios anunciados
 soledad de dos.
Se ve la distancia…
Entre piedra y piedra.

Entre arena y mar.

Entre carne y herida.

Entre llanto y arrepentimiento.

Ya no hay manos
que se tiendan amorosas,
es pago… rebeldía,
necedad de mujer.

Sin prisa por sentarse a la mesa,
vacía de comensales de antaño.
Ahora temerosa…
llega la noche,
nadie cruza el umbral.

Nada alivia el cuerpo
de inocuas caricias.
Ansiedad imaginada.
Ciudad de ondulantes
pezones grises.
Ciudad dormida. 



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