jueves, 25 de abril de 2013

Marta Díaz Petenatti-Zona Rural de la Provincia de Santa Fe, Argentina/Abril de 2013

SOS ESE AMOR

Sos ese amor que llegó a mi vida en una fría tarde de primavera.

Todo en mi vida era rutinario, mecánico hasta el momento en que apareciste. Al verte sentí renacer en mí esa intensa sensación de inquietud que sólo da la esperanza.

El sol seguía negándose pero el cielo brillaba ante mis ojos y no lograba concentrarme en otra cosa que no fueran tus ojos, tu boca, tu sonrisa.

Fueron días de felicidad con aroma a amor, días en que sentí que la soledad ya no era mi inseparable compañera.

Mi renacer duró el tiempo que duran los pétalos en una rosa pues me di cuenta que serías un eterno amor, pero  imposible.

Tus amarras eran tan fuertes que ni siquiera este sentimiento tan intenso podría llegar a  desatarlas.

Entonces, llena de dolor cerré nuevamente las persianas, me recosté en los sueños, y así, como al descuido arropé el alma y  entorné los ojos  en ésta aún fría tarde de primavera


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