lunes, 24 de octubre de 2011

Álvaro Iván Ortegón González-Cali, Colombia/Octubre de 2011

Hades

Me andas sepultando sin tedio
mujer de velo negro e infausto;
presurosa, iracunda, penumbra de asedio
desde tus presidios gritas: ¡Fausto!

Tu negra saeta en pos de mi pecho nocturno
y tu trémula estancia bajo esta noche inerte,
laceran mi alma cual anillos de Saturno
con la infinita lobreguez de la muerte.

Amarga condena de espíritu doliente
y espectro hastiado de la maledicencia,
soy juglar de versos en agonía inclemente.

Cantan las ánimas mis poemas de árida demencia,
y tú, sombra gélida, sólo atisbas cual perverso vidente
el melancólico aliento de mi difunta existencia.





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