jueves, 11 de agosto de 2011

María Antonia Herrera-Buenos Aires, Argentina/Julio de 2011, soporte papel

Ellos vinieron


            Qué bueno avanzar por el sendero iluminado por un batallón de luciérnagas celosas de las estrellas, pidiendo a las nubes tender un celaje para lucir los guiños de sus luces.
            Las flores algo fatigadas por la prodigalidad del sol, miran sin recelo el acompañamiento de las pequeñas aladas que, sin previo anuncio, traen los recuerdos que brotan en mi ser ansioso y demandante.
            Siluetas borrosas alcanzan nitidez cuando mi corazón late fuerte y la presencia casi corpórea de mis seres queridos, repiten palabras que ansío escuchar; si hasta siento en mi cara las manos de mamá, goza extremo. Tiemblo cuando mi padre acaricia mi pelo, bendita evocación;  todo transcurre mientras mi hijo besa mi frente y yo abro los ojos para volcar la catarata que los inunda.
            Ellos que ya no están... vinieron...


SUEÑOS   DORMIDOS


“Es mariposa rebelde... da vida al cansancio
que detiene lo indefenso...”
Cecilia Ortiz

Los mares arrastran el cansancio secular
                            de las esperas
cirios exigidos no llegan a alumbrar
                                       las inquietudes
se mueven en lo oscuro de cerros movedizos
titilan transportan proyectos abortados.
            No se nace sin gustar la sangre madre
            si el fracaso es aceptado
                                           no se sale
            el esfuerzo convocante
                                           nace siempre.
Busca enterrar promesas deletreadas
se queja sin labios de gritar injusticias
            el sopor invade los pasillos vidriados
            ya no se aprietan puños
            brazos descienden pesados de lamentos
            que el viento desparrama
buscando mariposas para cargar sus alas
            y ellas en vuelo calmo
            atrapan hilos de seda
para urdir la tela
que contenga la voz pequeña
            del que sufre.
Aparece el mar
                        de su entraña surgen olas
                        que lavan los temores
                        y animan la esperanza.

Los sueños no perecen
                                    ni envejecen
a veces... duermen.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nostálgico y sentido Mary.Me gustó mucho. Lilia

Anónimo dijo...

Mary, si duermen los sueños, a veces son remolones, pero otras veces alguno despierta y se hace realidad.

Muy buenos tus textos Mary

besoss Jóse

Adriana Blas dijo...

Parece escrito desde una colina donde se contempla el valle ,los rios ,los mares .Y Antonia achica los ojos para ver mas y ve a los hombres y lo que nadie puede ver sus sueños.Cierra sus manos en un puño golpea con ella la tierra y grita trasmitiendo su fuerza:"Los sueños no perecen ni envejecen a veces...duermen." Y desde su voz campecina te dice ¡¡¡despierten!!!!.
Gracias