lunes, 20 de diciembre de 2010

Lilia Elena Durand-Buenos Aires, Argentina/Diciembre de 2010



El tren pasó muy rápido

Deja que el fuego apague
que se nos cuele el frío
que silbe el viento
               en la hendidura abierta
que se retuerza en llamas el último carbón
              

Abre la puerta hermana
que atropellen las horas su impaciente premura
                   
que se acerquen aquí  (nó las recuerdas)
aquellas que dijeron
mañana      sí       tal vez
pero    
no hubo mañana
en este ayer brotaron     tantos anocheceres
como éste en que dibujas
       la tristura del tiempo
           el color de la noche
               el final del camino

recuerdo que dijiste
el tren pasó muy rápido
es que no llegué a tiempo

Ya calla    no me digas
atiza los carbones
que vuelen las cenizas en los puños del viento
así como a la trampa
que la mente entreteje
              retornan los recuerdos
                             esquivando pensares

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Penetra en el alma este poema Lilia, cuanto sentimiento, me gusta mucho.

Besossssss Jóse

Jorge Sombra dijo...

A mi tambien me gustó,
maneja el absurdo de sentimientos
no correspondidos.
Jorge Sombra