lunes, 19 de julio de 2010

Carlos Caposio-Buenos Aires, Argentina/Julio de 2010


Pequeña hada



Déjame acompañarte,
no son tiempos de andar sola

Puedo sanar tus alas
Fueron hechas para volar

Déjame ir contigo 
a la par, sin sombras

Pequeña hada de cicatrices,
sal de los bosques de hojas secas
vuelve a jugar con las flores,
a recordar los deseos donde aparezco.

Elige el final de este cuento,
y si quieres,
el color de mis mejillas
y la profundidad de mis ojos.

Déjame acompañarte,
no son tiempos de andar sola

Vamos a aliviar juntos el mundo,
a llenar el aire de ilusiones
a regar el árbol de los sueños
en la montaña encantada.

Pequeña hada de cicatrices
Vuelve a flotar vagones de ventanas abiertas.

Y si caíste en redes de ogros persuasivos,
Y si crees no poder volar
déjame soplar tus heridas.

Déjame pequeña hada.
Ya he guardado todos mis juguetes.



8 comentarios:

claudia dijo...

muy bello !! besos

Unknown dijo...

Muy bueno querido , ya sabes , Te felicito.
Abrazo

Juan

Unknown dijo...

Soy Juan, tu amigo hee

soledad dijo...

muy bueno lo felicito malacara!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Gracias!!!! Es la poesía más dulce, tierna, calentita y solidaria que he leído en mucho tiempo...una caricia ala alma....
Marce

Anónimo dijo...

Hermosa Carlos!! tu pequeña hada de cicatrices, un poema con mucha ternura.


Beso Josefina

Anónimo dijo...

Que lindo, cuantas palabras dulces.
"Elige el final de este cuento", Hermoso, gracias por compartirlo.

Cecilia Pérez

Anónimo dijo...

Cumpa Malacara... gracias por esta sinécdoque de ternura que le falta a nuestro mundo cruel... y parece ser que sí, que escribir es decir y silenciar... :O)

Un abrazo y cuidate mucho.

Juanca Vecchi.