miércoles, 23 de junio de 2010

Trinidad Aparicio-Barcelona, España/Junio de 2010

Historia urbana



Mi ciudad es Barcelona, Barcelona está coronada por montañas, y su base abierta le da la bienvenida al Mediterráneo. Pertenezco a ella desde 1928 y sigo presente en este corriente año 2010. He vivido huelgas, he vivido una guerra y visto sus nefastas  consecuencias. Se dice que los catalanes somos separatistas.
 Puede.
 Pero somos gente que ama su cultura y estamos orgullosos de nuestra ciudad. Hoy lamentablemente la delincuencia ha proliferado, está a la orden del día, pero suceden también pequeñas historias que enaltecen al ser humano.

Opinen:
El autobús de la línea 59 cuyo recorrida va desde la Pl. R. M. Cristiana hasta el Paseo Marítimo, tiene parada frente al Hospital Clinic. En dicha parada subió una señora que por su palidez y modo de llevar la cabeza cubierta con un pañuelo evidenciaba estar recibiendo tratamiento de quimioterapia. Tan solo  llevaba el bus  recorridos unos doscientos metros cuando dicha  señora ya comenzó a sufrir las molestias que ocasiona dicho tratamiento. Se sintió impotente para  contener las náuseas y compungida y más culposa se convirtió en una desagradable catarata de vómito. El conductor al percibir la situación, estacionó el coche en el primer lugar posible y dirigiéndose a la pasajera que estaba hecha un mar de lágrimas, acariciándola  con mucho respeto la consoló pidiéndole que se tranquilizara que allí no pasaba nada. Pidió a los pasajeros  que nos apeáramos. A continuación llamó una ambulancia que por suerte  no se hizo esperar y con un persistente aullar de sirenas de inmediato regresaron al Hospital con la pasajera enferma.  El chofer cerró las puertas del autobús, anunció en el parabrisas que el coche estaba fuera de servicio y puso rumbo a la Cochera entre calurosos aplausos del público allí presente.

Esta es una pequeña  historia de mi ciudad, historia humana de mi gente. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Trini , realmente que bueno el gesto de este chofer, que solidario, ojalá

lo imitaran aquí, que es bastante difícil que se comporten tan humanamente. Linda historia Trini

Besossss Josefina

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Amiga Trinidad: realmente un acto de humanidad para aplaudir, en éste, tu relato, que tiene tu sello. Nos haces vivir realidades que, por sencillas, tienen la profundidad del diario vivir. Te abrazo desde la distancia,

abel dijo...

Trinidad , gracias por tu relato .
En mi caso no soy parcial ni objetivo , porque entre mis suños existe conocer España y aún mas Barcelona (debe ser por Mi Pueblo Blanco) .
Reitero ,por favor continua porque asi soñamos junto a vos .
Tu relato es sencillo y profundo ,que dificil objetivo a cumplir. Tú lo lográs .Felicitaciones.

Abel Espil (abelespil@gmail.com)