martes, 13 de abril de 2010

Ester García-Buenos Aires, Argentina/Abril de 2009

             

                                    Un ramito de jazmines

Fue una tarde, el otoño quería empujar al verano,
el otoño ya había logrado filtrarse en un rincón de mi alma.
Su melancolía me recordaba otros  días pasados
en su compañía pero ahora  hoy, tenía que volver sola.
Hoy su mano tibia no iba a tomar la mía
este amor tardío duro poco tiempo.
¡Ese camino sin regreso...!
Tus ojos vieron mi tristeza,
Y con mucha determinación me sorprendiste
al asegurarme que querías llevarme hasta mi casa.
Así emprendimos el viaje de regreso,
vos atento al trafico de la calle, yo perdida en mis recuerdos.
 Hasta que nos detuvo la luz roja de un semáforo,
Bajaste la ventanilla y compraste un ramito de jazmines
que colocaste en mi falda.
Tu ramito de jazmines esa noche durmió sobre mi almohada.
                                                                                                                                   

Gracias por tu regalo nieto Gastón   

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