martes, 13 de abril de 2010

Abel Espil-Buenos Aires, Argentina/Abril de 2010


Chau Papá

Mi viejo era un tipo extraño . Antes de casarse había ido a distintos lugares a bailar el tango , sabía jugar al truco, pero portaba una imagen reservada .Yo no sé bailar el tango y yo no sé jugar al truco .
Mi viejo era un tipo extraño . Laburaba en la Editorial Haynes , entraba a las seis de la mañana y salía a las dos de la tarde . Llegaba a casa,  y en forma casi automática se iba a laburar a un negocio de Villa del Parque, como vendedor de artículos para el hogar ,creo que el comercio se llamaba Casa Ruly.
Mi viejo era un tipo extraño. Todas las mañanas se preparaba -  como decía él -  la sopita , que consistía en un enorme tazón de café con leche con pedazos chicos de pan adentro.
Era delgado y con muy poco cabello , para no decir pelado . El pelado no se sacaba el saco ni para ir al baño . Siempre estaba con camisa de mangas largas y una corbata con el nudo filipino perfectamente bien realizado .
Mi viejo era un tipo extraño . Le encataba a fin de año sacar el tocadiscos Winco a la calle y poner música . Nuestra casa , en la calle Llavallol , estaba a mitad de cuadra.  Lentamente se iban  agregando vecinos , algunos con botellas de sidra , otros con comida y el resto estaba listo para la milonga que a mi viejo - un tipo más de barrio -  le encantaba.
Tambíen le gustaba participar del carnavall , cuando los chicos del barrio abríamos la bomba; pero claro, esa es otra historia que algun día contaré.
Mi viejo disfrutaba la conversación con Renzo y Carlitos, los "fígaros" que laburaban al lado de mi casa.
Pero les pido disculpas porque esta también  es otra historia que algún día contaré.
Porque lo que hoy les quiero contar, es que cuando mi vieja fallecío, mi viejo y yo nos quedamos el uno para el otro .
Yo ya estaba casado y no vivía con ellos . Pero verlo en el mundo a este tipo tan pero tan extraño y además solo , me ayudó a sentir que nos teníamos que unir y decirnos pocas cosas pero quizás las suficientes .
Y así fue . Un día , no importa cual , al dejarlo en su casa un domingo por la noche me dijo: "gracias por todo" y yo le dije que lo quería y él me contestó que también.
Entonces me dí cuenta que mi viejo no era ningun tipo extraño . ¿Acaso no sería yo el hijo extrañó?
Chau papá.

Abel Espil
17 de Marzo del 2010

6 comentarios:

ALICIA CORA dijo...

Querido Abel,es muy difícil explicar los sentimientos y lo es aún más si se quiere decir lo que se siente por los padres.
En tu cuento encontré una dosis de curiosidad para desentrañar lo "raro de tu papá", una dosis de resignación al entender que no era como vos (quizás mas extrovertido), una dosis de orgullo al relatar que era un tipo que trabajaba muy duro y por último una dosis de profundo amor. Amor que pudiste gracias a Dios declararle una noche. Yo también me veo reflejada en tu hermoso relato y pienso que mi viejo desde donde esté tal vez está sonriendo pensando que en tu papá encontró a un par. Besos mil de Alicia Cora.

Anónimo dijo...

Imaginate Abel , no puedo escribir como ustedes . , Pero tu cuento me parecio realmente emotivo y ademas creo que es la realidad , de nuestra infancia , Los padres eran quizas raros , Yo estaba orgullosa de los mios y creo que se parecian bastante . Lo de la musica en la calle , el trabajar , quizas mucho , el ser sociable y servidor con los vecinos , y el infantable carnaval que se nos fue de las manos y que tanto disfrutamos , estan en este hermoso cuento . Un beso Lia

marcos dijo...

Abel; Como siempre, un meticuloso retrato, de un hombre, de todos los padres y de una época que no vuelve. Me recordaste a mi viejo que me dejó hace ocho años, que hablaba poco, que trabajaba demasiado (Tal vez como hoy lo hacemos los pàdres) y que era muy solidario (aunque entonces no era tan raro). Exelente. Marcos.

Graciela María dijo...

Calificamos como "extraño", lo que no comprendemos y finalmente, los "extraños" somos nosotros , manoteando en un mundo que es de por sí, más allá de nuestra comprensión... y el único sentido, resulta ser el del amor...
http://webs.uolsinectis.com.ar/vida-reflexion

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Abel. muchas veces nosotros estamos alejados y no nos damos cuenta y, las eternas e inexorables situaciones de la vida, nos hacen entender muchas cosas. Por ejemplo ésta, que sirvió para este bello relato. Un abrazo de,

Anónimo dijo...

Abel, me encantó tu relato, descripción fiel de la imagen que daba tu papá, no soy crítica literaria, simplemente me llegó al corazón. A seguir en ese camino. Betty Gómez