sábado, 20 de febrero de 2010

Rolando Revagliatti-Buenos Aires, Argentina/Febrero de 2010


Derroteros



La fresca y pimpante criatura unióse en matrimonio a Feliciatti tres largos años antes de prendarse de Valentina. Con él tuvo gemelos robustos. Dejóse destinar para Feliciatti por su padre, a quien también su esposa había sido destinada por el suegro. De blanco frente al altar, con todos los permisos y plácemes familiares recibidos, sociales y religiosos otorgados, regodeóse por vez primera imaginándose a solas con Feliciatti. Feliciatti, de exactamente el doble de su edad.

Espléndida ella por simple existencia, sin artificios, casi sin poses. Feliciatti, barnizado comerciante en comestibles, en cambio, ampuloso y plagado de latiguillos. Amante ponderable después de todo, lograba estremecerla. Los gemelos, como dije, robustos, nacieron sin dificultad.

El flechazo entre Valentina y la fresca y pimpante criatura prodújose en la fiesta donde descubrieron que la progenitora de Valentina, en su condición de obstétrica, había asistido a la progenitora de la progenitora de los gemelos en el parto en el que vio la luz.

Cuando la obstétrica enviudó, Feliciatti, por despecho, enterado de la incidencia de Valentina en su cónyuge, decide seducir a la obstétrica. Empieza la noche misma del velatorio del marido, y redondea la entusiasmante tarea, semanas después. Valentina y la destinada a Feliciatti festejaron el salpimentado romance.

Cristalizadas perduran más o menos así las cosas. Socios y barnizados comerciantes, habiendo adoptado con naturalidad los latiguillos alocutivos de su padre, los gemelos, hombres de bien, se mantienen indeclinablemente robustos y ampulosos.




3 comentarios:

Rolando Revagliatti dijo...

Muchas gracias, querida Graciela, por dar cabida a mi enrevesado "Derroteros" (que así son algunas historias, ¿no?: enrevesadas en la vida "real" -o en la realidad psíquica (que es la que "manda")-.

R.
r.
http://rolandorevagliatti.blogspot.com

Anónimo dijo...

" y mas o menos asi las cosas..." suceden estos hechos a la vuelta de cualquier esquina,y lo Rolando lo narra con gracejo, diría un español.
Con afecto,


Silvia Loustau

Anónimo dijo...

Rolando, breve e interesante narración, muy común en determinadas sociedades. Un saludo de Laura Beatriz Chiesa.